Vistas espectaculares, pescado fresco, buena comida, gente maja y una tarta de zanahoria megadeliciosa. A pocos metros de la playa de la Arnía, en un lugar privilegiado, se encuentra El Cazurro, un lugar para comer, cenar, tomarte unas cañitas, un vermouth, contemplar el mar…y bajar rodando a la playa para hacer la digestión.
Llegamos tarde, cansados y con hambre: fatal combinación. Eran las 15:30 y cuando entramos nos dijeron que ya estaba todo lleno y aún les quedaban por llegar algunas reservas, casi lloro. (Nota para mí: Reservar la próxima vez y junto a la ventana que mola más.)
Afortunadamente para nosotros tienen una terraza donde no hace falta reservar y una mesa se había quedado libre (iuujuu!!). Dentro del local se estaba más fresquito y las vistas son espectaculares, pero dadas las circunstancias salió todo muy bien.
Fueron muy amables y aunque ya no les quedaban algunos de los platos ricos que tienen en la carta, pudimos pedirnos unas cuantas raciones.
Acabaron de ganarse mi corazoncito cuando el camarero que nos atendía nos guardó el último trozo de tarta de zanahoria que les quedaba, casi lloro otra vez, pero esta vez de la emoción.
Nos quedamos con ganas de probar muchos de los platos de la carta, las croquetas de cachón en tinta o los mejillones en salsa, entre otras, pero eso será para la próxima ocasión.
GUAPO Y MAJA 
¡Me lo apunto! 😉
Me gustaMe gusta